Teaser Reino Cardiaco
lunes, 30 de enero de 2012
Mundos: Despertar del Alma
sábado, 28 de enero de 2012
RC Capitulo I; Nacen los Héroes 2ª Parte
Volví a oír a la voz misteriosa que me dijo lo siguiente:
- Avanza sin miedo por la oscuridad, no te preocupes, tu arma y tu fuerza interior evitaran que pierdas tu luz.- Tras esto, vi que algo sobresalía del suelo, era un pequeño ser negro, similar a un duendecillo, aparentemente hecho de oscuridad, blandí el Sable Aslan y me vi rodeado de una docena de esos seres, era capaz de percibir su maldad y no dude en atacar, pues me sentía muy amenazado. Se abalanzaron sobre mi, ensarte a uno de esos seres y después, continué con mi ofensiva girando 360 grados sobre mi mismo llevándome a todos los seres de un solo golpe. Jadeé durante unos segundos y vi que otra escalera de alabastro se extendía delante de mis ojos, esta parecía ser el doble de larga.
Ascendí por ella corriendo y cuando estaba a punto de llegar al siguiente pedestal me detuve, vi una luz intensa y avance lentamente, el retrato del pedestal que había ahora bajo mis pies no era muy diferente a los anteriores, había una chica ninja muy risueña, acompañada por dos chicos de su edad, uno rubio y otro moreno, que se miraban fijamente con cara de pocos amigos, siendo levemente inmovilizados por otro ninja de pelo blanco que parecía ser su maestro. Volví a mirar a la luz y pensé:
- Quizás esa luz sea la salida de esta abstracta y peculiar dimensión.- Entonces me acerqué lentamente a ella sin dejar de mirarla.
- Ten cuidado, cuanto mas cercana e intensa sea la luz, mas oscura y grande será tu sombra.- Dijo la voz misteriosa, haciendo que me girase para mirar mi sombra que se alargaba por todo el pedestal. Entonces, mi sombra empezó a salirse del suelo, haciendo una copia gigante de mi hecha con oscuridad, en ese momento, me temblaban las piernas, pero recordé este mensaje de la voz misteriosa:
- Avanza sin miedo por la oscuridad, no te preocupes, tu arma y tu fuerza interior evitaran que pierdas tu luz...-
Al final, me arme de valor para acometer a ese monstruo antropomórfico de 10 metros que tenia un agujero en forma de cerradura en el pecho a la altura del corazón y los ojos le brillaban con una luz amarillenta, y debido a que se parecía a mí y había brotado de mi sombra, le di el nombre de “Lado Oscuro”. El monstruo armó su puño y lo golpeó contra el suelo creando un gran charco de oscuridad, del cual iban saliendo más de esos pequeños y siniestros seres.
Les encaré con bastante habilidad y acierto, pero mientras yo acababa con el último de esos pequeños seres, el gigante parecía cargar un rayo de oscuridad en el agujero de su pecho. Me puse delante de él, ya que en la posición que estaba (arrodillado con los brazos abiertos en cruz) no podría maniobrar bien y yo aprovecharía para contraatacar, disparó el rayo y yo lo esquivé, mientras liberaba toda la energía absorbida, aproveche para subir por su cuerpo y atacar su cabeza, pero cuando llegue a su hombro, termino de liberar toda la energía y me desequilibro al incorporarse.
Mientras caía, le clave mi espada en el brazo para frenar la caída. Tras esto, con su otra mano intento agarrarme, pero le frene usando la magia cedida por el bastón “el Gris”, lancé un rayo con el Sable Aslan para herirle el brazo lo máximo posible y así evitar que por el dolor se moviese.
El monstruo se arrodilló victima del dolor, así que desencajé bruscamente el sable de su brazo para dañarle aún mas y caí sobre su antebrazo, apoyado sobre su muslo, salté y baje al suelo para repetir la operación anterior y paralizarle las piernas, pero tras llevar a cabo con éxito mi ataque, inexplicablemente, la espada desapareció.
Intento aplastarme con su mano sana y lo esquive, pero inundo todo el pedestal con un charco de oscuridad que me atrapó y me arrastraba hacia el fondo.
- Estoy... perdido.- Pensaba debido a la impotencia y el cansancio que se apodero de mi cuerpo.
- Tranquilo, no tengas miedo, si mantienes tu luz, la oscuridad no te dañara, porque tu eres el que lo conecta todo.- Dijo la voz misteriosa de manera tranquila y relajada.
- ¿Eso era un sueño o era real?- Me pregunté a mi mismo tras incorporarme, mientras el sudor inundaba mi almohada y recorría mi cabeza tras vivir esa extraña aventura.
- ¿Qué hora es?- Me cuestioné mientras me giraba a mirar mi despertador del Futbol Club Barçalona, otro de los equipos de fútbol que me emocionaba seguir.
- ¡Ahí va, si son las 9:47!- grite de asombro, mientras el sol mañanero me deslumbraba por la enorme ventana de mi habitación.
- ¡Joder, voy a llevar tarde!- grité mientras el desayuno se calentaba durante un minuto en el microondas y me ponía mi mejor ropa para hacer deporte. Tras oír el ¡Ding! del microondas y ponerme mi camiseta de la Sociedad Deportiva Osca, me dispuse a comer raudo y veloz mi tazón de leche con galletas y abastecer mi mochila de Fernando Alonso con los guantes y la botella de agua, típicos de los partidos de entrenamiento que jugamos entre amigos.
Una vez listo, volví a mirar el reloj que marcaba las 10:01 y tras ver que seguía yendo muy justo de tiempo, me armé de las llaves y cerré la puerta de casa, cogí el ascensor, el cual estaba parado en mi piso y llegué lo mas rápido que pude a casa de Ignacio. Para mi sorpresa, estaba casi listo y salimos enseguida. Mientras íbamos al campo de fútbol donde jugamos, le conté a Ignacio el extraño sueño que tuve.
- Macho, ¿tú que te fumaste ayer por la noche para tener esos sueños?- Preguntó Ignacio en plan coña.
- Fumarme nada, pero comer...- Comenté yo, siguiéndole el rollo.
- Pero, era un sueño que parecía muy real.- Insistí yo, pensativo, mientras llegábamos al campo de juego.
- Bah, deja de darle tantas vueltas y vamos a tirar unos tiros hasta que lleguen los demás.- Dijo Ignacio quitándole importancia.
- ¡Vale!- Pronuncié yo, haciendo caso a lo que me acababa de aconsejar mi singular amigo.
domingo, 15 de enero de 2012
RC Capitulo I; Nacen los Héroes 1ª Parte
En una pequeña ciudad, de un país del planeta Terra, vivía yo, un chaval de 16 años de cabello y ojos marrones. Físicamente era bajito, muy corpulento y muy enérgico, además llevaba unas gafas negras de lente rectangular. Mi nombre es Eduardo, solía jugar con mi amigo Ignacio, mi primo José Andrés, al cual llamamos “Josan”, y su pandilla. Nuestra ciudad era Osca, ubicada al nornordeste de Spanya y solíamos pasar casi todo nuestro tiempo de ocio juntos. Nos encantaba jugar al fútbol, y siempre íbamos a ver los partidos del equipo de nuestra ciudad la “Sociedad Deportiva Osca”, eso, si no nos daba por jugar con la PlayStation 2. Ignacio era un chaval más alto que yo por un par de centímetros, con cabello y ojos morenos, tanto o menos corpulento que yo y muy gracioso, siempre contaba chistes y bromas, al igual que yo llevaba gafas, pero de diferente modelo, en cuanto a Josan, él y yo éramos casi como dos gotas de agua pero él era el más delgado de nosotros tres con diferencia y algo más bajo que yo, también llevaba gafas y es tres años menor que Ignacio y yo, y junto con su pandilla formada por Yoel, Nico (Nicolás), Josete (José Ángel), Jano (Alejandro), Buba, Ibrahima, Raúl, Luis, Pedro y Vlad, todos de la edad de Josan, vivíamos tranquilos en nuestra humilde y sosegada ciudad ..., al menos hasta ese día, el cual no olvidaré nunca.
Ese día tuve un extraño sueño, aparecía sobre una dimensión negra como la oscuridad y aterricé en un enorme pedestal de alabastro de unos 20 metros de diámetro, brillante como el sol, en cuyo suelo estaba impreso una hermosa joven desconocida para mi, rodeada de unos extraños animales y acompañada por dos chicos, uno con gorra rojiblanca con un hoyuelo en cada mejilla y otro moreno de piel con el pelo de punta. Deje de prestar atención al enigmático retrato que se extendía bajo mis pies y busqué una salida que mis ojos no apreciaban:
- Aquí no hay nada.- Dije para mí mismo.
En ese momento avance unos pocos metros y apareció en el filo del pedestal una escalera del mismo material. Me pareció extraño pero algo en mi interior me dijo que fuese por los estáticos escalones, y así hice. Llegué a otro pedestal de alabastro, en el cual el dibujo era diferente, esta vez aparecía otra chica acompañada por tres jóvenes guerreros, (uno de ellos tenía una cola de mono) y un abuelo con un caparazón de tortuga a la espalda, y en los brazos de la chica había 7 esferas muy peculiares con estrellitas.
Sentí un temblor bajo mis pies y brotaron tres pequeños pilares, encima de cada uno se asentaba un arma:
- ¿Qué demonios está pasando aquí?- Me pregunté a mi mismo, mirando de manera confusa las imponentes armas.
Había un escudo, un bastón mágico y una espada, y en los pilares había algo escrito, supuse que sería información sobre el arma que se apoyaba sobre ellos, así que me dispuse a leerlos y leí lo siguiente:
Escudo Garna: Un escudo de oro y acero ideal para la defensa más dura, protege con ella tanto tu vida como la de las personas que más te importan.
Bastón “el Gris”: esta vara mágica perteneció a un poderoso mago de la tierra media, sus potentes hechizos son dignos de los dioses más sabios.
Sable Aslan: Esta espada perteneció a uno de los hijos de Adán cuando fue rey de un país amenazado, te aporta la valentía necesaria para la batalla más ardua.
De repente, oí una voz en mi cabeza:
- Elige una y renuncia a otra, solo así, podrás seguir tu camino.- Tras oír esa profunda voz, hice lo que me ordenó, ya que quizás fuese la única manera de salir de allí. Elegí la espada y grité:
- ¡Renuncio al escudo!- En ese momento el escudo desapareció y el bastón mágico se convirtió en una pequeña luz que se unió al Sable Aslan, tras eso, apareció otra escalera de alabastro. Ascendí por ella dudando sobre si seria capaz de utilizar correctamente el arma que me habían confiado. Llegué a otro pedestal en el cual la imagen volvía a ser diferente, en esta, al igual que en las otras aparecía una hermosa chica, pero junto a ella había cuatro chicos y todos estaban subidos sobre un extraño barco cuya enseña era una calavera con un sombrero de paja y con un mascaron de proa que parecía la cabeza de una cabra, debían de ser piratas.