Teaser Reino Cardiaco

jueves, 16 de febrero de 2012

RC Capitulo I; Nacen los Héroes 3ª Parte

Llegamos al campo de tierra, aquel caluroso día 29 de Junio del 2008 y no había nadie, pero al cabo de unos 5 minutillos llego mi primo Josan acompañado por Buba (chaval negro de piel con gafas, un palmo mas alto que Josan, delgado y musculado) y Jano (pelo corto moreno, ojos negros de la estatura de Josan aunque algo mas regordete), y minutos después, Josete (media-melena castaña, ojos achinados, unos centímetros mas bajo que Josan y mas recio), Yoel (alto y delgado a la par que musculado, pelo negro engominado con cresta en el flequillo y moreno de piel) y Nico (pelo rizado semilargo, ojos azules, delgado y algo mas alto que Josan) en bicicleta. Formamos 2 equipos, en uno jugábamos Ignacio, Josan, Jano y yo, y en el otro, Yoel, Nico, Buba y Josete.

Estuvimos jugando durante una hora e íbamos 6-4 a favor nuestro con 3 goles de Josan, 1 de Jano y 2 de Ignacio y los goles del equipo contrario los marcaron Yoel (2 goles), Raúl (1 gol) y Josete (1 gol), yo jugaba de portero y realicé muchas paradas, hasta salvé 4 o 5 mano a mano. Durante aquella hora el cielo se iba oscureciendo, pero con lo absortos que estábamos en el partido, no nos percatamos hasta que se marcó el último tanto. Poco después de sacar de centro tras el ultimo gol, vimos que algo brotaba del suelo, desde mi posición, mire horripilado la visión que me ofrecían mis ojos, me acerqué a Ignacio y le dije mientras todos mirábamos al siniestro ser:

- Esa cosa era la que salía en mis sueños. ¡Chicos, alejaros de ese bicho! ¡Es peligroso!- Grité a pleno pulmón para alertar a todos y así evitar cualquier incidente que nos pusiese en peligro.

Mientras salían mas de esos bichos, y el cielo se volvía cada vez más oscuro, cogimos nuestras pertenencias y huimos de allí como alma que lleva el diablo, nos cruzamos con un par de personas y cuando me giré para ver que pasaba, vi que esos bichos les habían atacado para apoderarse de lo que parecía ser sus corazones, tras eso, habían cambiado parcialmente de apariencia y parecían haberse vuelto mas poderosos.

Cogí a Ignacio y a Josan y nos ocultamos para analizar la situación.

- ¿Qué haces? ¿Quieres que nos maten?- Preguntó Ignacio apoderado en parte por el pánico de la situación.

- No, pero si que quiero hacerles frente.- Respondí con decisión, a pesar de que tanto Ignacio como Josan me miraban como si estuviese loco.

- Mirad, la policía no nos tomara en serio si decimos que unos enanos negros van robando los corazones de la gente, y estos bichos se van a propagar por nuestra ciudad como las moscas en verano.- Argumente yo con autoridad. - Además, ¿quién nos garantiza que las armas de nuestra ciudad van a machacar a esas criaturas?- intentando hacer entrar en razón a mi amigo y a mi primo.

- ¿Y quién nos garantiza que nosotros podemos pararles?- Me replicó Ignacio.

- ¿Y si hacemos las dos cosas?- Planteó Josan de manera espontanea pero con toda la razón del mundo.

- ¡Buena idea!- Respondí yo. - Ignacio, tu ve a avisar a la policía local, con tu capacidad diplomática y fuerte influencia seguro que consigues convencerles de que vengan.-

- ¡De acuerdo!- Exclamó Ignacio con decisión.

- Josan, tu y yo iremos a mi casa y cogeremos todo lo que nos pueda servir de arma.- Ordené yo, aferrándome a la poca valentía que tenía en ese momento.

- Nos reuniremos en la catedral.- Dijo Josan, dirigiéndose a nosotros dos.

- ¡Esta bien!- Respondimos Ignacio y yo a la vez.

Ambos nos dirigimos a nuestros destinos lo más rápido que podían nuestras piernas.

Cuando llegamos a mi casa, dejamos las mochilas y cogí dos espadas que me hice para un disfraz de carnaval y Josan, un trípode medio roto que tenía en mi habitación, detrás de la puerta. Debido a la gravedad del asunto, no nos cambiamos de ropa, la cual estaba muy sudada, llegando a poderse escurrir el sudor que la cubría.

Salimos con tres armas, una para cada uno. Al salir de casa, vimos que algunos de esos seres nos seguían de cerca así que Josan y yo huimos en dirección contraria a ellos, sin perder de vista el camino a la catedral.

- Al fin nos los hemos quitado de encima.- Celebró Josan, poco después de llegar al casco antiguo, donde estaba la catedral.

Ascendimos por las antiguas y pétreas calles del casco antiguo y justo antes de llegar a la plaza de la catedral, nos encontramos con un extraño personaje:

- Parece que tenéis prisa.- Apreció aquel misterioso hombre arropado con una túnica negra cuya capucha le tapaba toda la cara.

- Debería ponerse a salvo señor, hay unos bichos...-

- Unos bichos hechos de oscuridad que roban los corazones de la gente, ¿estoy en lo cierto?- Pronunció el hombre interrumpiéndome y esperando una respuesta por mi parte.

- Si, exacto, ¿cómo lo sabe? ¿Acaso los ha traído usted?- Pregunté inquisitivamente debido a que su presencia era igual de siniestra que la de esos seres.

- No, han venido porque este planeta ha sido conectado por la oscuridad.- Exclamó el encapuchado imponiendo con su presencia.

- ¿Qué quiere decir con que ha sido conectado a la oscuridad?- Pregunté yo, picado por la curiosidad.

- No vale la pena que os lo explique, hay mucho que entender y vosotros entendéis tan poco.- Argumentó el encapuchado con aire de superioridad. Hizo una pausa y tras mirar nuestras armas nos dijo:

- ¿De verdad que pensáis hacerles frente con eso? Eso demuestra vuestra ignorancia.-

- Puede que no entendamos lo que esta pasando y puede que no sepamos como hacerles frente, pero no se podrá negar que hicimos todo lo que estaba en nuestras manos para proteger nuestra ciudad de las fuerzas de la oscuridad.- Dije yo, confiando en nuestra fuerza de voluntad y valor.

-Mi primo tiene razón.- Exclamó Josan, armándose de valor ante la imponente presencia del hombre de negro.

-Quizás os haya juzgado demasiado pronto, dadme vuestras armas, las haré útiles para la batalla.- Mencionó el encapuchado dándonos la razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario