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martes, 28 de febrero de 2012

RC Capitulo I; Nacen los Héroes 4ª Parte

Alargo los brazos y nos arrebató las armas de las manos. Con sus manos, hizo brillar nuestras armas, que se contrajeron hasta sus puños, transformándose en unos extraños llaveros que salieron disparados de sus manos hacia tres puntos: Josan, Ignacio, que llegaba por otro camino acompañado por dos policías, y yo. Todos cogimos los llaveros al vuelo con nuestras manos, y al abrir estas, apreciamos las singulares formas de los llaveros. El mío era plateado, tenia tres círculos, dos pequeños y uno mas grande formando juntos la cabeza de un ratón, el de Josan era negro cual piedra de azabache y tenía la forma de una corona de tres picos, y el de Ignacio, tenia una forma similar a un corazón de color negro pero con la cúspide en forma de punta de flecha, los trazos rojos del llavero coincidían con el símbolo que llevaban grabados en la piel esos seres tras apoderarse de un corazón.
- Estos llaveros os han elegido como sus portadores, cuando vayáis a luchar, desatarán todo su poder-. Dijo el encapuchado, preparándonos para la batalla, y antes de que pudiéramos darnos cuenta, se esfumó por un portal de oscuridad que creó y se cerró tras de sí.
- ¡Edu, Josan, ya he llegado con la policía!- Exclamó Ignacio mientras corríamos todos al encuentro.
- ¡Atención agentes, esos monstruos son inmunes a las armas de fuego y las porras, estamos indefensos, repito, estamos indefensos! ¡Aaaaaaahhh!- Gritó el agente que había tras el walki talki.
- No se preocupen, nosotros les haremos frente.- Dije mirando a los pobres agentes que esbozaban cierto temor en sus caras después de oír el grito de su superior. -¿Chicos, estáis listos?- Pregunté yo dirigiéndome a mi amigo y a mi primo.
Los dos asintieron con la cabeza y juntos extendimos hacia delante el brazo en el cual estaba el llavero.
En menos de un segundo, los llaveros brillaron intensamente y se transformaron en unas espadas muy peculiares. Mi espada tenia forma de llave antigua, con el filo de plata y la empuñadura cuadrada de oro y una tira azul en la unión de estas, se llamaba “Cadena de Reino”. La de Josan era como la mía pero de color negro y los dientes de la llave de diferente forma, sin olvidar que el filo era aplanado (a diferencia del mío que era cilíndrico) y la empuñadura tenía forma de alas de murciélago parcialmente replegadas, era la “Recuerdos Lejanos”. La espada de Ignacio era muy diferente, el filo parecía el ala negra de un demonio con la membrana roja pero en la punta había una pequeña ala blanca de ángel al igual que las dos que formaban la empuñadura, el nombre del llavero, “Camino al Alba”. Todas tenían el llavero correspondiente colgando del pomo de la empuñadura.
Cada uno atacamos por una dirección diferente, Josan atacó a los que venían por las calles que estaban a la izquierda de la catedral, Ignacio a los que venían por las calles que estaban a la derecha y yo a los que venían por la calle que estaba enfrente de la plaza de la catedral. Realizamos nuestros mejores ataques y movimientos, entre ellos realice el del sueño, al cual llame “360º Mortales”. Eliminamos a muchos de esos seres, pero el agotamiento empezó a hacer meya en nuestros cuerpos, que aún no se habían recuperado del intenso partido. Mientras los seres seguían avanzando.
- Venga, hagamos un último esfuerzo, ya quedan menos.- Dijo Ignacio que era al que menos le afectaba el cansancio. Yo mire pensativo mi espada y apunte con ella a los extraños seres que teníamos que destruir, parecía estar cargando algún tipo de energía.
- ¡Chicos, apuntad con vuestras espadas hacia esos bichos!- Grité fuertemente y de manera imperativa. -Confiad en mi, se lo que me hago.- Dije al ver que me miraban extrañados y llenos de dudas.
Los tres dirigimos nuestras espadas lentamente hacia los siniestros monstruos que nos acechaban (entre los cuales no solo había esos negros duendecillos que bauticé como “Sombras” sino también unos que parecían canidos, a los que di el nombre de “Perros Rabiosos”), y las tres espadas lanzaron un rayo comprimido de luz contra los oscuros seres al unísono. Destruyeron a todos los seres al momento dejándonos atónitos ya que no imaginábamos que estas armas tuviesen tal potencial. Esa técnica fue bautizada como “Rayo Luminoso”. No quedo ni uno, hecho que exteriorizó nuestra alegría.
- ¡Toma ya, nos los hemos cargado!- Exclamé yo asombrado, debido a que no me lo podía creer, pero contento a la vez.
Los tres hicimos una piña y mientras dábamos vueltas, gritamos:
- ¡Campeones, ooeee! ¡Campeones, ooeee! ¡Campeones, ooeee! ¡Campeones, eeooeee!-.
De repente, oímos un ruido tenebroso que provenía de la catedral. Las puertas de la imponente iglesia se abrieron bruscamente y un viento oscuro nos empujó con fuerza calle abajo a los tres, que estábamos agarrados los unos a los otros.

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