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jueves, 5 de abril de 2012

RC Capitulo II; La Ayuda De León 1ª Parte

-¿Dónde... estamos?- les pregunte a Ignacio y Josan tras recuperar la consciencia. Ambos se intercambiaron miradas dubitativas y me dijeron:

-No lo sabemos, pero esto no es Osca-. El lugar en el que estábamos era nuevo para nosotros, pero similar a lo que conocían nuestros ojos y nuestras mentes, estábamos sobre una especie de terraza, apoyados sobre la repisa de esta, y antes de recuperarme por completo nos atacaron esos malditos seres. Los tres blandimos nuestras espadas y nos libramos con facilidad de ellos.

Tras esa batalla, bajamos por unas escaleras que había ahí cerca hasta una especie de mercado ambulante donde vendían objetos que podrían sernos útiles. Casi no teníamos dinero, pero por suerte, con el cambio de moneda, lo poco que teníamos era bastante en aquel sitio. Una vez bien provistos, preguntamos donde estábamos.

-Estáis en Jardín Brillante, sed bienvenidos.- Exclamó el mercader, apreciando que éramos forasteros de otro mundo tanto por nuestra apariencia como por nuestro dinero. Los tres nos intercambiamos miradas para saber si nos atrevíamos a preguntárselo, al final, fue Josan quien lo hizo:

-¿Usted sabe que son esos seres negros?- Preguntó con la inocencia y despreocupación típicas de él.

-Creo que yo puedo responderos a eso.- Nos giramos y vimos a un hombre de 1,85 m, pelo largo y castaño, unos 10 años mayor que nosotros, y cuyo cuerpo estaba muy bien entrenado, llevaba un pantalón vaquero negro, una camiseta blanca y una chupa de cuero negro.

-Me llamo Spud Leonheart, pero preferiría que me llamaseis León.- Dijo el hombre que teníamos enfrente.

-Hola, yo soy Eduardo, y estos son Ignacio y Josan.- Respondí yo, señalándonos según el orden en el que nos presenté. -Entonces, si sabes que son esos seres, quizás sepas que son estas armas también- Exclame, mientras invocaba la extraña espada que nos confió el encapuchado.

-Esos seres, se llaman “Sincorazón”, y os perseguirán hasta los confines de cualquier mundo, mientras sigáis teniendo eso, la llave espada.- Comento León, señalando mi llave espada. -No entiendo como esta espada legendaria te ha podido elegir como su portador, si prácticamente solo eres un crio, y ni siquiera tienes la condición física necesaria para luchar.- dijo León burlonamente, con unos comentarios que me estaban empezando a tocar las narices.

-Querrás decir que como estas espadas legendarias nos han podido elegir a nosotros como portadores.- le corrigió Ignacio mientras Josan y él blandían sus llaves espada.

-Vaya, la historia se repite 100 años después.- Dijo León sin venir a cuento.

-¿A que te refieres con eso?- Preguntó Ignacio algo inquietado.

-Venid a mi casa y os lo explicaré todo, este no es un lugar adecuado para concretar los detalles de lo que esta sucediendo.- Pronunció León. Le miramos desconfiadamente y el nos devolvió una mirada tranquila. -Tranquilos, podéis confiar en mi, después de todo os he ayudado aclarando vuestras dudas, ¿no es así?- Dijo León.

Mire a Josan y a Ignacio y exclamé: -En eso tiene razón.-, dándole un voto de confianza al joven guerrero. Josan estuvo un tiempo pensativo, y también iba a tomarle la palabra a León.

-No os fieis de él, no veis que podría ser una trampa tranquilamente.- Replicó Ignacio, que no terminaba de fiarse de él.

-De acuerdo, esta claro que tendré que derrotaros uno a uno y llevaros a mi casa aunque sea a rastras.- Dijo duramente León, mientras blandía su espada, a lo que nosotros respondimos blandiendo las nuestras y tomando una postura de ataque.

- Eh, si os vais a pelear hacedlo fuera del mercado, nos espantáis a la clientela.- Gritó un vendedor. Los cuatro le miramos perdonándole la vida y el mercader se escondió rápidamente en el almacén de su humilde negocio.

-Dejad que yo me encargué de él.- Exclamó mi primo, mirándonos con decisión.


Antes de que pudiésemos reaccionar tanto Ignacio como yo, Josan ya había cargado contra León, bloqueó a Josan con una facilidad pasmosa y estuvieron forcejeando durante unos 10 segundos, tras eso, Josan retrocedió y León, inexplicablemente, tiño el filo de su espada de llamas de fuego y retomo su ofensiva contra Josan, que esquivó el primer golpe y bloqueó el segundo, pero debido a que las llamas le quemaban la cara, retrocedió una distancia considerable alejándose de León. Tras ese retroceso, León estaba condensando el fuego de su hoja en la punta en una esfera de fuego similar a un sol, la disparó y Josan la interceptó devolviéndosela como si de un partido de tenis se tratase. León se la devolvió y Josan pegó un salto y la golpeo con todas sus fuerzas incrementando la velocidad de esta considerablemente, mas tarde llamamos a esa técnica “Bloqueo Ofensivo”, a lo que León la frenó y la envió contra nosotros pero Ignacio la destruyó con su espada, con un movimiento improvisado denominado “Neutralizador”, mientras León miraba hacia nosotros, dio un gemido corto y seco, como si la respiración se le hubiese cortado. Josan estaba junto a León y le había hecho un corte limpio y algo profundo en el hombro de su brazo derecho con el cual sujetaba su asombrosa espada, tras esto León soltó su espada la cual Josan envió de una patada debajo de un puesto de ventas y cayó de rodillas.

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