Teaser Reino Cardiaco

lunes, 24 de septiembre de 2012

RC Capitulo IV; Adiós, Evolución 4ª Parte

Con unos recambios notables y eficaces, abandonamos la zona Safari y ya no teníamos que sufrir por una baja inesperada de cara a la Liga Pokémon y al resto de gimnasios que nos quedaba por desafiar. Estábamos ya muy cerca del quinto gimnasio, pero antes pasamos por un pueblecito de los alrededores, llamado Pueblo Hermosura, donde se celebraba un evento muy especial y desconocido para casi todo el grupo, un Concurso Pokémon. A Misty le hacía ilusión ver un concurso Pokémon, pues había oído hablar maravillas de ellos por parte de sus hermanas, las cuales eran más forofas de estas competiciones, que de los combates de gimnasio. Entre los participantes, hicimos amistad con muchos, entre ellos un trovador, de nombre Nando, que llevaba una túnica verde a juego con un chambergo y una pequeña arpa dorada con forma de Mew, y dos chicas de la edad de Ash, se llamaban Aura y Maya. Aura tenía ojos azules y pelo castaño e iba vestida con una camiseta roja, que combinaba con el pañuelo de su cabeza, y unas bermudas azules algo tapadas por una minifalda blanca. Maya también tenía los ojos azules pero más claros que los de Aura, mientras que su pelo, tapado por un gorro de lana blanco, era de un negro muy intenso, al igual que su vestido, que acababa en una minifalda rosa a juego con sus botas y una fina bufanda roja. Los tres pasaron la fase de exhibición, pero al final solo Nando fue el ganador de la cinta del concurso. La amistad que hicimos con Aura y Maya fue tal, que en el grupo se pactó ir al Gran Festival, que era el equivalente a la Liga Pokémon de los concursos, y que se celebraría en el Valle Triunfal, cerca del Monte Victoria y de las instalaciones de la Liga Pokémon, y donde sabíamos a ciencia cierta que iban a estar nuestras nuevas amigas, y quien sabe..., quizás Nando también conseguiría llegar.

Al fin, llegamos al quinto gimnasio de nuestro viaje, ubicado en Ciudad Enigma, y especializado en pokémon de tipo psíquico, liderado por una bella, misteriosa y siniestra chica llamada Sabrina, llevaba unos zapatos de tacón, una minifalda y una americana, todas de color rojo oscuro, y unas medias verdosas muy oscuras, al igual que su moreno cabello y sus castaños ojos.
Con el orden ya fijado desde el inicio del viaje, Ash encabezó los combates por la medalla. Sabrina eligió a un alegre Mr. Mime (pokémon psíquico parecido a un mimo o a un arlequín), al cual Ash afrontó con su Heracross que a pesar de sufrir con los ataques psíquicos, se impuso con ataques físicos como “Mega Cuerno” y “Derribo”, neutralizando las defensas de Mr. Mime con su nuevo ataque, “Amago”, Ash cambió a Heracross por Charmeleon cuando Sabrina sacó a su Kadabra (pokémon humanoide con una estrella en la frente, grandes bigotes y una cuchara). Charmeleon estuvo contra las cuerdas mucho tiempo, hasta que a Ash se le ocurrió lanzar ataques desviados para que Kadabra no los pudiese interceptar, evitando a la vez que Kadabra usase dichos ataques para volverlos en su contra, aún así, Charmeleon perdió y Heracross tuvo que enmendarlo como pudo, saldándose con un doble KO debido a un gran choque entre los ataques “Cabezazo Zen” de Kadabra y “Mega Cuerno” de Heracross. Sabrina saco a su ultimo pokémon, un Gallade (pokémon humanoide con una cresta en la cabeza y dos guadañas en sus codos), Ash que sacó a Swellow sin vacilar. Al final aunque algo apurado, Swellow se llevó la victoria con un rapidísimo “Golpe Aéreo”. Pensativo, me acerque al campo de batalla, y tras ver que Sabrina iba a utilizar un Espeon (evolución psíquica de Eevee inspirado en un Nekomata), decidí enfrentarlo con mi Pikachu. Acerté con mi elección, ya que la velocidad de Pikachu no se veía superada por la de Espeon, aunque este lo compensase con sus ataques psíquicos, al final, tras intercambiar ataques de velocidad, Pikachu y Espeon cruzaron sus ataques “Rayo” y “Psico-Rayo” dándose una situación de empate, que me hizo sacar a Marshtomp ante la presencia del Reuniclus (pokémon cuya apariencia era la de una célula con forma humana) de Sabrina. Le pedí a Marshtomp que estuviese atento a las corrientes aéreas que captaban sus aletas, evitando encajar ataques potentes como “Premonición”. La estrategia funcionó y tras un intenso forcejeo, un potente “Agua Lodosa” de mi Marshtomp me dio la victoria, aunque el combate no había acabado, ya que la líder Sabrina sacó a un... ¡Exeggutor! (pokémon regordete similar a una palmera). Esta elección me extraño algo, hasta que cai en la cuenta de que los Exeggutor saben realizar ataques psíquicos. Marshtomp no pudo hacer gran cosa contra Exeggutor y tras ser derrotado, decidí sacar a Chimchar, que a pesar de no tenerlo nada fácil, supo derrotar a Exeggutor con numerosos ataques “Rueda Fuego”. Ignacio iba viniendo hacia mi posición tras haber ganado, sus ojos brillaban de manera ardiente y su cara reflejaba su alto estado de concentración, cuando de repente Chimchar empezó a sentirse mal, les desee suerte a Ignacio y a Josan de cara a su desafío, y con mi Chimchar en brazos, fui al centro pokémon lo mas rápido posible.

Mientras Chimchar era auscultado por la enfermera Joy, una médica pelirroja de ojos azules, con un uniforme rosa y blanco con su cofia correspondiente en la cual había bordada una cruz roja, la llama de su cola empezó a brillar radiantemente y de forma extraña, lo cual (según la enfermera) significaba que estaba a punto de evolucionar. Yo estaba feliz por la idea de que evolucionase, pero cundo le mire a la cara, la expresión de su cara me era muy familiar. Lo dejé en manos de la enfermera Joy y me dirigí al gimnasio, avistando la victoria de Josan, que derrotó al Gothitelle (pokémon de tipo psiquico que recordaba a una chica gotica) de Sabrina con un “Bola Sombra”  de uno de sus Eeve, y aproximándome para recibir la medalla junto al resto de mis compañeros, sin dejar de pensar en la expresión de Chimchar. Una vez en el centro pokémon, nos hospedamos y mientras cenábamos tranquilamente en compañía de nuestros pokémon, por fin recordé donde había visto esa expresión antes, era la misma que tenia mi Pikachu cuando Brock sugirió hacerle evolucionar.
Esa noche no pude pegar ojo, estuve dando vueltas durante 45 minutos, sobre la cama que el centro me proporciono, así que preocupado y sin hacer mucho ruido, para no despertar ni a mis compañeros, ni a los pokémon que estaban fuera de sus pokeball, fui a ver a Chimchar, que seguía muy deprimido y que prácticamente tampoco era capaz de conciliar el sueño.
-Hola Chimchar, ¿qué pasa? ¿Acaso no puedes dormir?- le dije al pequeño mono pokémon. -No te deja dormir la idea de tener que evolucionar ¿verdad?, pues deja de preocuparte por eso. No hace falta que evoluciones, porque no hace falta que seas un Monferno (pokémon de aspecto parecido a un mono con las marcas faciales de un mandril).- Le dije al candente pokémon, mientras yo esbozaba una amplia sonrisa y le acariciaba la cabeza de manera cariñosa, gesto que él me devolvió abrazándome por el cuello, mientras que se deshacía en lagrimas de felicidad, este tierno momento estrechó aún más si cabe nuestro vinculo entre entrenador y pokémon, solo comparable al que tenía con Pikachu y con Lucario.

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