Tras ganar la cuarta medalla, nos dirigimos al centro pokémon para revitalizar a nuestros pokémon y para hospedarnos esa noche, pero por desgracia había muchos entrenadores de paso en la ciudad y no quedaban habitaciones para nosotros. -Pues nos va tocar acampar, que remedio.- Pronunció Max, que analizaba de manera tranquila nuestra situación.
-Ash, ahora solo nos quedan por ganar 4 medallas mas y luego, ¿cómo se organiza la Liga Pokémon?- Pregunté a nuestro amigo entrenador mientras buscábamos donde acampar.
-Pues ahora que lo dices, yo tampoco lo sé.- Dijo Ash, intentando recordar como fueron organizados anteriores torneos.
-Hay que ver, estáis a medio camino de competir en el mayor torneo del Mundo Pokémon, y no sabéis como tendréis que afrontarlo. Como se nota que aún sois unos novatos a pesar de derrotar a cuatro líderes de gimnasio.- Exclamó Misty bastante malhumorada.
-Misty no se qué tal llevas las matemáticas, pero en el entrenamiento especial antes de retar a Mananti, en el que tú te ofreciste para hacer la simulación puesto que entrenas el mismo tipo de pokémon que él, los cuatro te derrotamos. Así que técnicamente sois cinco los líderes que habéis caído ante nuestras habilidades. ¿O me equivocó?- Dijo irónicamente Ash, algo que enfureció muchísimo a Misty.
-Tranquilizaros todos, yo se como va esto.- Dijo Brock poniendo calma de por medio, al ver Misty se estaba conteniendo mucho y que la situación se podría volver muy violenta. -Además es mejor que preguntéis esto ahora y no al comenzar el torneo.-
Esa noche acampamos a las afueras de Ciudad Pantano, en un claro del enorme bosque que separaba Ciudad Pantano de la Zona Safari y a la tenue luz de la hoguera realizada por nosotros y nuestros pokémon, Brock nos dio todos los detalles de la Liga Pokémon:
-Cada año se celebra en el Monte Victoria un torneo llamado Liga Pokémon, eso ya lo sabéis todos.- Exclamó Brock mientras Ash, Josan, Ignacio y yo asentíamos con la cabeza. -Tener que conseguir las 8 medallas de diferentes gimnasios ya es un proceso de eliminación, si tras eso el numero de participantes sigue siendo alto, se reduce hasta que haya 64 competidores, estableciendo un numero determinado de rondas de eliminación compuestas por combates uno contra uno. Una vez queden 64 entrenadores, se les agrupara en 16 grupos de la A a la O compuestos por cuatro participantes cada uno, pasando solo el primero de cada grupo.- Brock hizo una pausa mientras que nosotros cuatro repasábamos lo que acababa de decir.
-Tras esto, empiezan los octavos de final, en los que cada entrenador se tendrá que enfrentar con el primero de su grupo mas cercano, es decir, si estas en el grupo A te enfrentas con el del grupo B, si estas en el C con el del D, y así sucesivamente. Luego están los cuartos de final, después las semifinales y por último, la final y el combate por el tercer puesto.- Concluyó Brock dándonos las claves del torneo al que aspirábamos.
-¿Lo habéis pillado?- preguntó Brock, dispuesto a volver a explicarlo. Ash nos miró a todos y afirmó en nuestro lugar.
Pasamos la noche y nos encaminamos al siguiente gimnasio, continuando con el entrenamiento y respetando la ruta hacia nuestro objetivo. Las evoluciones tuvieron como protagonistas a Taillow, que evolucionó a Swellow (mas grande y con apariencia mas afilada y agresiva que Taillow) y a Growlithe, que jugueteando con los demás pokémon en un descanso del entrenamiento, encontró una “Piedra Fuego” y evolucionó accidentalmente a Arcanine (mucho mas grande que Growlithe y con mas pelo blanco). Ignacio estaba encantado con este acontecimiento, que nos enseño que algunos pokémon pueden evolucionar utilizando determinados objetos, en lugar de siendo entrenados, lo que propició un problema.
-Quizás esta zona del bosque sea rica en piedras evolutivas. Ash, Eduardo, ¿por qué no vais a buscar un par de “Piedras Trueno” para que evolucionen vuestros dos Pikachu? Yo voy a buscar otra “Piedra Fuego” para que Vulpix evolucione.- exclamó Brock dirigiéndose a Ash y a mí. -Yo también voy a buscar una “Piedra Agua” para evolucionar a Staryu. Josan, ¿te vienes conmigo?- preguntó Misty, dirigiéndose a mi primo, que malinterpretó la pregunta y se puso rojo como un tomate.
-Josan, ¿me has oido? ¿Vienes o no a buscar piedras evolutivas para tus Eevee?- insistió Misty, repitiendo la pregunta correctamente sin poder malinterpretarse de ninguna manera. Josan salió del shock y asintió con la cabeza, acompañando al miembro femenino de nuestro grupo.
Mientras esto ocurría, Ash y yo nos giramos para mirar cada uno a su Pikachu, y ambos esbozaban una cara triste y preocupada. Entendí que mi Pikachu no quería volver a evolucionar y al de Ash parecía ocurrirle lo mismo. Ser un Raichu (como Pikachu pero más grande, naranja con las mejillas amarillas, con orejas triangulares y una cola larga y fina) parecía ser un cambio muy radical para nuestros pokémon iniciales, y decidí hablarlo con Ash, que enseguida entendió mi postura.
-Pikachu, ¿te gustaría evolucionar a Raichu?- preguntó Ash directamente al amarillento pokémon, que tras digerir la pregunta, negó frenéticamente con su cabecita, yo ya había decidido no hacer evolucionar a mi Pikachu, no solo por como se manifestó ante el tema, sino porque no me convencía la idea de tener un Raichu. Le comuniqué mi decisión con mi mano sobre su cabeza, y empecé a acariciarle, gesto que el agradeció golpeando el suelo con su pata izquierda.
-Gracias por tu interés Brock, pero creo que no les hace falta evolucionar para ser buenos pokémon, ya lo son.- Repliqué con una sonrisa al miembro más veterano de nuestro grupo, que no tardó en contestarme:
-No estoy de acuerdo con vuestra decisión, pero la respeto.- Dijo Brock, que empezó a encaminarse en busca de le piedra evolutiva que necesitaba su Vulpix.
-Antes de irme solo os digo una cosa, deberíais de dejar de mimarlos y hacer lo que mas le conviene a ellos.- Exclamo Brock, que se paro antes de marcharse definitivamente. Ash estuvo a punto de encararse con él, pero yo le detuve agarrándolo por su brazo derecho y negando con la cabeza, haciéndole entender que Brock estaba dolido por haber rechazado uno de sus consejos. Ash lo entendió y decidimos entrenar juntos hasta que volvieran los demás.
Poco a poco volvieron nuestros compañeros, los primeros fueron Jaimito, Max e Ignacio que se habían ido a explorar la zona, los siguientes fueron Misty y Josan, que no se dirigían la palabra.
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